EL IMPULSO / 27-11-13
LA RED DE INSTITUCIONES LARENSES… ¡EN ACCIÓN!
“LA VOLUNTAD DE LA NACIÓN.”
En un artículo publicado en El Universal en 1.913 y titulado
“El Presidente en Maracay”, Francisco A. Colmenares Pacheco se refería al país
y a Gómez de la siguiente forma:
… los laboriosos habitantes de esta comarca, que ven en el
Supremo Magistrado al soldado ilustre que después de segar hermosos laureles en
los campos de guerra, comprendió a tiempo la evolución que se opera en los
pueblos latinoamericanos, dio amplitud a las relaciones internacionales y al
capital extranjero, abrió los brazos para estrechar sobre su corazón a todos
los venezolanos, y recordando con orgullo el pasado y su abolengo, empuño con
bríos las herramientas del trabajo y se lanzó sin temores en la brega para presentarnos
grandes y fuertes ante la civilización y unidos entre sí por los nexos
indisolubles y que nacen al calor de los propios intereses, del bienestar de la
familia y de la firme conciencia en la personalidad nacional.
Este fragmento recoge, en esencia, lo que podríamos
denominar el sistema de representaciones de la voluntad nacional: Unión, civilización,
patriotismo y fortaleza bajo la conducción de un hombre, un guerrero trabajador
y glorioso. Todas estas imágenes son portadoras de sentimientos, valores y
significados capaces de sintetizar ideales que orienten las acciones. Entender
la voluntad nacional requiere, entonces, caracterizar los fines que expresan
estas imágenes.
Entendemos por fines aquellos “ideales” que la sociedad
reconoce como suyos y que, en tanto no se confundan con realizaciones
concretas, constituyen un universo utópico y simbólico cuya función primordial
es la de brindar un “espacio” de exigencias evaluativas y legitimantes. Hemos
adoptado esta caracterización ya que conviene hacer una distinción entre los
“logros reales”, tangibles, resultado de la acción del Estado, y aquellos que
bajo la forma de ideales, constituyen el campo de las expectativas de los
miembros de una comunidad (...)
María Sol Pérez Schael-
Petróleo, Cultura y Poder en Venezuela- Pág. 78.
De esta obra Axel Capriles M. opina, cito:
Desde que tengo uso de razón, yo también he escuchado a
todos los líderes políticos del país y a la gente, en general, decir que
necesitamos “Sembrar el Petróleo”, que la renta petrolera nos maleó porque la
riqueza fácil nos impidió administrar con industria y sensatez la abundancia.
Hoy me pregunto, sin embargo, si todo el mundo está de acuerdo con la
diversificación y la conveniencia de sembrar el petróleo, si todos los líderes
del país comparten la misma opinión y se rasgan las vestiduras cada vez que
prometen lograr la independencia deseada ¿Por qué la realidad se mantiene tan
alejada del discurso? ¿Sufrimos, acaso, de pseudología fantástica colectiva, o
será, más bien, que la retórica pública esconde un conjunto de representaciones
que dan cuenta de una realidad psicosocial subyacente completamente diferente?
Pareciera que las palabras no significan exactamente lo que
dicen, que apuntan a un universo subterráneo que nos vemos obligados a
descifrar (…) (F. de C).
La situación actual del país me ha inducido a transcribirles
estas palabras con la finalidad de no personalizar criterios, al contrario,
traerles opiniones cuyo respeto tiene su origen en los demostrados
conocimientos que poseen quienes las han emitido; podemos presumir, como “causalidad”,
la actitud de algunas personas ante escenarios que aparentan ser cíclicos pero,
con marcadas diferencias, como las constituye, el valor del barril de petróleo
entre las época citada y la actual.
El desarrollo de los pueblos está signado por su Capital
Humano. La educación, la capacitación y el profesionalismo determinan su
progreso; el logro del bienestar social, económico, cultural y la preservación
del ambiente y en estos ámbitos no existe excusa que justifique la manipulación y el oprobio
que vaya en detrimento de la optimización de ese Capital Humano.
Un estudio realizado entre los trabajadores de una empresa
fabricante de autos, en sus industrias instaladas en Inglaterra y Japón tuvo
como resultado que, en Japón los trabajadores eran un 30% más productivos que
en Inglaterra, a pesar de que los ingleses tienen fama de ser trabajadores
excelentes. El estudio arrojó que la capacitación y el espíritu de trabajo hacían
de los japoneses los líderes mundiales en productividad. Aquella marca de vehículos
se posesionó del mercado mundial después de que su país de origen fue devastado
por la guerra. ¡Adelante!
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