miércoles, 17 de febrero de 2016

La Red de Instituciones Larenses… ¡en acción! – Principios Maximiliano Pérez |


La Red de Instituciones Larenses… ¡en acción! – Principios

Maximiliano Pérez | 
“Héroe es el que resiste cuando los otros ceden, el que cree cuando los otros dudan; el que se rebela contra la rutina y el conformismo; el que se conserva puro cuando los otros se prostituyen”.
Augusto Mijares.
Lo afirmativo venezolano.
Tomo estas palabras de Augusto Mijares en la excelsa obra: Contra la Corriente –La alternativa civilista al personalismo y al militarismo, escrita por el eminente barquisimetano Dr. Ramón Guillermo Aveledo. El objetivo es exaltar a tantos y tantos venezolanos que se han convertido en héroes anónimos.
No cedemos al hampa cuando, día a día, salimos a cumplir con nuestros deberes a sabiendas que arriesgamos la vida, o cuando menos, alguna posesión u objeto de uso continuo y que se ha tornado muy valioso y hasta escaso, a sabiendas que para algunos la vida humana no vale más que un par de zapatos de uso común.
Nos resistimos a acostumbrarnos a desperdiciar nuestras vidas en colas interminables en la búsqueda de un medicamento imprescindible para nuestra subsistencia; para qué al llegar al mostrador y/o caja del expendio de medicinas nos digan que hace tiempo que no lo tienen o simplemente vemos cuando una o dos personas antes de nosotros compran el ultimo envase del ansiado remedio que allí estaba disponible. Quién haya necesitado medicamentos o haya tenido a un familiar que lo necesite puede corroborar la infamia que constituye estar enfermo en Venezuela. Amén del desabastecimiento de insumos médicos en centros asistenciales, tanto privados como gubernamentales. Pero, es que lo mismo ocurre en materia de alimentos y de artículos de primera necesidad, sobretodo, los utilizados para el aseo personal. Esto se podría calificar, simplemente, como una aberración.
No podemos permitir que éste atropello generalizado se convierta en rutina; que la vida económicamente activa de los ciudadanos venezolanos se entregue desde las madrugadas y por días enteros a las colas que nos han obligado a hacer para conseguir una batería de automóvil o un caucho. ¡No es aceptable!
Menos aún podemos aceptar que personas discapacitadas o adultos de la tercera edad, sean vejados en estas colas aun cuando existen leyes que los amparan y la legislación internacional así lo ratifica.
No es aceptable que nos conformemos con la destrucción del aparato productivo del país, por quienes no oyen las propuestas que podrían sacarlo de la crisis que ocasionaron con los errores cometidos y con algunas acciones que rayan en la sospecha de ser intencionales. No se puede seguir culpando a personas o a la “Guerra Económica” con la ya conocida retórica y sin pruebas. No es momento de la justificación… ¡Es el momento de la rectificación!
Venezuela cuenta con una reserva moral demostrada; con la capacidad y talento necesario para superar la crisis. Existen suficientes empresarios que, “sin prostituirse”, han logrado subsistir y, en lugar de usar términos peyorativos contra ellos, debe haber un reconocimiento a sus principios y valores; a la valentía de haber sabido sortear todas las trabas impuestas; a la competencia desleal de aquellas empresas privilegiadas que han fracasado aun teniendo todo el apoyo logístico y financiero con que cuenta el Estado. El mejor y mayor ejemplo lo tenemos en el sector primario, las fincas productivas expropiadas, confiscadas y/o invadidas podrían calificarse de tierra arrasada; basta con observar el Valle del Turbio para comprobarlo.
¡Exigimos que nos dejen producir en paz!

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