domingo, 16 de noviembre de 2014

LA RED DE INSTITUCIONES LARENSES… ¡EN ACCIÓN!
¡PA´ LANTE!
(…) “En síntesis, el Colegio de Ingenieros de Venezuela estima necesario el establecimiento de un estado de cosas que garantice al ciudadano la seguridad personal y demás derechos humanos; y a la colectividad, el sosiego social indispensable para la revalorización de las instituciones mediante el acatamiento de la genuina voluntad popular; de modo que se haga posible que el conglomerado civil aporte su natural contingente para conducir a Venezuela por el camino del engrandecimiento moral y material a que tiene derecho.”
Manifiesto de los ingenieros- Caracas 15 de enero de 1.958.
Simón Alberto Consalvi - 1957 El año en que los venezolanos perdieron el miedo.
La denominada Tierra de Gracia históricamente ha sido arrasada por conquistadores, Guerra de Independencia, dictaduras, invasiones dirigidas por gobernantes de países que se dicen hermanos; por  montoneras, por asaltantes de caminos e incendiarios de pueblos y sabanas, por algunos politiqueros,  por delincuentes que emboscaban a nuestros soldados y a policías y… los asesinaban de manera inmisericordemente traicionera. Pero, como el Ave Fénix, los hijos de la Madre Patria, que han superado la ignorancia y a la manipulación corrupta y artera, han hecho resurgir a la nación desde sus propias cenizas y le han regalado a sus conciudadanos días de paz, armonía, progreso y prosperidad.
“Venezuela, como integrante de la comunidad de naciones que luchan por la libertad y la democracia, debe asegurar a todos sus ciudadanos el pleno goce de los derechos humanos. Es imprescindible jerarquizar los problemas nacionales dando primacía a aquellas soluciones que contribuyan directamente a elevar la moral de los venezolanos.
Es labor de Patria fundamental, y urgente en el momento actual, elevar, moralizar y dignificar la educación nacional, y en consecuencia debe dársele el debido respeto, impulso y apoyo. En el caso de las Universidades debe dárseles la autonomía y facilidades necesarias para cumplir a cabalidad con su función ductora.
Los venezolanos de hoy tenemos ante las generaciones futuras el ineludible e inaplazable deber de lograr una mejor y más proba inversión de los recursos del país, muy especialmente de la no renovable riqueza petrolera. Es oportuno particularizar en el caso de las obras materiales que se realizan con los fondos públicos, en cuyos casos se estima que deben cambiarse los conceptos y métodos imperantes, puntualizándose en las siguientes directrices de sana administración:
Que se sometan a la libre y sana crítica los planes de obras públicas, a fin de que los organismos capacitados de la Nación puedan emitir opinión sincera y ponderada sobre su orden de urgencia, necesidad y medios de ejecución, ejerciendo así su función natural orientadora de la opinión pública. Tendiendo a hacer un uso más sensato y realista de la efímera bonanza económica producida por el uso de los recursos perecederos del país.
La probidad en la concesión de contratos, de manera que la calidad y precios justos de las obras readquieran su debida importancia, y el establecimiento de métodos que aseguren la desaparición de tramitaciones ilícitas.” (Fuente: Manifiesto de ingenieros-Caracas: 15-01-1958.)
Estas palabras parecen decirnos que caímos en un limbo donde perdimos un preciso lapso en la vida del venezolano común. Se podría aceptar como plenamente valida la guía expresada, en un manifiesto, por EL COLEGIÓ DE INGENIEROS DE VENEZUELA hace ya 55 años; la cual fue aprobada por unanimidad.
Todo hace presumir que comenzamos un ciclo con plomo en el ala; como dice el proverbio popular. Los inmensos ingresos monetarios provenientes de la extracción petrolera no han sido suficientes para lograr el bienestar de la población que ha vivido una ilusión durante los últimos 14 años. Los graves problemas que aquejan al país no se han podido solucionar y, por el contrario, en algunos casos se han agravado.
Debemos parar y recuperarnos de la caída en la producción agropecuaria; debemos generar empleos en las fuentes formales; en la industria y el comercio…
Los integrantes de la Red de Instituciones Larenses somos optimistas y estamos prontos a colaborar, analizando los problemas y aportando soluciones, en la medida que lo requieran las autoridades a quienes les compete lograr el bienestar de los ciudadanos, tal cual lo expresan la Constitución Nacional, las leyes y reglamentos del país.

 Abrazándoles con fe y amor por la patria, les deseamos… ¡Feliz Año!

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